viernes, 7 de diciembre de 2012

20 reglas para escribir Historias de Detectives (I)


S. S. Van Dine fue el pseudónimo utilizado por Willard Huntington Wright, un crítico de arte y autor norteamericano. Creó el personaje del detective Phile Vance que apareció en varias obras escritas a partir de 1920 y posteriormente en películas y radio. 

Este autor publicó en la revista ‘American Magazine’ en septiembre de 1928 lo que a su juicio eran las 20 reglas que creía imprescindibles y estimulantes a la hora de escribir un relato policial. 

El famoso artículo relataba lo siguiente: 

“El relato policíaco es una especie de juego intelectual. Es más, llega a ser un acontecimiento deportivo. Y para escribir historias policíacas hay unas leyes muy definidas, quizá no escritas, pero obligatorias; y cualquier maquinador de misterios literarios que se precie trabaja sobre esta base. 

Lo que aquí sigue es una especie de credo, basado en parte en la práctica de todos los grandes escritores de historias policíacas, y en parte en los impulsos de la honrada conciencia del autor”. 

A continuación las ponemos de relieve. 

1. El lector debe tener las mismas oportunidades que el detective literario para resolver el misterio. Todas las pistas deben ser mostradas y descritas. 

2. El lector no debe caer en ninguna trampa o despiste que no sean las legítimamente puestas por el criminal al propio detective. 

3. No debe haber intriga amorosa. El objetivo es llevar al culpable ante la justicia para que rinda cuentas de sus actos. No se trata de relatar líos amorosos, se trata de evitar cualquier tinte romántico en la historia. 

4. El detective, así como sus colaboradores, no serán nunca los culpables del relato. Es algo de mal gusto que no debe hacerse nunca. 

5. El culpable será descubierto por el lector por deducción lógica, no por accidente, coincidencia o confesión sin motivos. Resolver un enigma criminal de esta forma es como decirle al lector que investigue de modo que cuando no encuentre lo que buscaba, decirle que todo se basaba en un as que traíamos escondido en la manga. 

6. Un detective lo es en la medida en que sabe detectar algo. Su función es recopilar pistas que le ayuden a trazar el camino que debe seguir hasta encontrar al criminal. Si el detective no es capaz de sacar conclusiones a través de las pistas que se le presentan es como el alumno que conoce el resultado final de un problema de aritmética, pero no conoce el proceso para llegar hasta él. 


7. En una novel a policíaca tiene que haber un cadáver y cuanto más muerto esté el mismo, mejor para la trama. No es suficiente con un delito menor que el asesinato. Un libro de unas trescientas paginas es demasiado para cualquier delito que no contenga en sus páginas un asesinato. El tiempo de los lectores dedicado a la obra se merece una recompensa. 

8. La resolución del crimen debe hacer a través de medios estrictamente lógicos. Los métodos menos ortodóxos como la cábala, la ouija, lectura del pensamiento, tarot o cuestiones similares, no son aptos en este tipo de novelas. El lector no puede competir con los recursos utilizados en la otra dimensión. 

9. No puede haber más de un detective en la trama. Combinar la mente de tres o cuatro, teniendo en cuenta las diferentes formas de pensar de cada individuo conlleva a que el lector se disperse, pierde el interés y rompa el hilo de la historia. Con la aparición de varios detectives, supone que el lector tengan que averiguar a cuál de todos ellos debe seguir. 

10. El culpable tiene que ser una persona que haya sido más o menos importante durante el desarrollo de la trama, es decir, que sea alguien conocido y familiar para el lector. Un escritor que elija a un personaje extraño o irrevelante en la trama, está confesando su incapacidad para enfrentarse con el lector. 

En el próximo post os costaremos el resto de claves para escribir una historia de detectives. ¿Te gustaría añadir alguna más? Déjanos un comentario en nuestro blog.

Fuente:
andreumartinblog


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