jueves, 13 de diciembre de 2012

20 reglas para escribir Historias de Detectives (II)

Como comentábamos la semana pasada, hay cientos de formas de escribir una historia de detectives, pero pocas formas de hacerlo bien. Os damos 10 normas para que vuestra historia de detectives sea perfecta.


1. Los empleados domésticos deben ser la última opción por el autor para ser los culpables de la historia. Es demasiado fácil y el autor se merece una buena recompensa por su tiempo y dedicación a la obra porque sino sentirá que perdió el tiempo. El culpable del crimen debe ser alguien merecedor del puesto, alguien que no parezca sospechoso.

2. Sólo necesitamos un culpable, aunque puede haber un colaborador, un cómplice, un compinche que ayude a la hora del crimen, pero la culpabilidad del crimen debe recaer sobre una sola persona.

3. Aspectos y organizaciones tales como la mafia, sociedades secretas, etc no tendrán cabida en este tipo de relatos. Este tipo de organizaciones están muy bien en relatos de espías o de aventuras. Además, supone que la culpabilidad del delito sea compartida. No se le puede proporcionar una sociedad secreta en la que se pueda refugiar, no se puede permitir que obtenga ese tipo de ventajas.

4. La verdad tiene que ser un elemento que esté a la vista para que el lector con su astucia pueda llegar a detectarla. Si el lector en algún momento, decide releer el libro, verá que la solución estaba en cierto sentido, ante sus ojos, que todas las pistas señalaban al culpable y que si hubiera sabido encajar todas las piezas tan bien como lo hizo el detective, podría haber resuelto el misterio por sí solo sin tener que llegar al último capítulo.

5. La forma en la que se lleva a cabo el asesinato y los medios para resolver el crimen deben hacerse a través de métodos racionales y científicos. Es decir, la ciencia ficción y los métodos imaginativos deben dejarse a un lado en este tipo de relatos. Sólo se puede recurrir a elementos reales, si el autor traspasa la realidad y se adentra en el mundo de la imaginación se sitúa fuera de los límites de la ficción detectivesca.

6. Los extensos y abundantes pasajes de descripciones tienen que evitarse, hay que evitar también adornar los problemas con exhibiciones literarias, crear atmósfera o bien hacer análisis de personajes. Lo que provocan es retrasar la acción y la fluidez del relato. Son temas irrelevantes para el objetivo principal de la narración que es plantear un enigma, un punto de partida, analizarlo y solucionarlo. El lector lo que busca es una estimulación mental y que suponga una actividad intelectual. Por este motivo, sólo debe haber descripciones y un dibujo de los personajes para darle a la novela una verosimilitud.

7. Un delincuente profesional nunca debe cargar con la culpa en una novela policíaca. Los delitos realizados por ladrones de pisos o gángsteres pertenecen al departamento de policía y a no los grandes detectives. Esta clase de delitos pertenece a la rutina de trabajo de las Oficinas de Homicidios de la policía. Un interesante crimen es aquel donde se sitúa por ejemplo en los pilares de una iglesia.

8. Nunca debes acabar la historia con un accidente o un suicidio. Puede llegar a defraudar al lector, llegando a sentir que se han se han burlado de él.

9. Los motivos de los delitos en las historias de detectives tienen que ser personales. Los complots, las conspiraciones y la política de guerra pertenencen a una categoría diferente de la ficción. Una historia criminal debe ubicarse en el ámbito de lo cotidiano y de lo corriente, y darle una cierta salida a sus propios deseos y emociones reprimidos.

10. Los siguientes puntos han sido empleados y resultan familiares a todos los verdaderos amantes de la literatura criminal. Usarlos es una confesión de ineptitud y falta de originalidad por parte del autor:
a) Determinar la identidad del culpable comparando la colilla dejada en el lugar del crimen con la marca fumada por un sospechoso.
b) El ritual espiritista para asustar al culpable y forzar su confesión
c) Falsas huellas.
d) La coartada de la figura simulada
e) El perro que no ladra y con demuestra que el asesino es conocido.
f) La acusación final contra un gemelo o un pariente que se parece exactamente a la persona sospechosa, pero que es inocente.
g) El crimen en una habitación cerrada por dentro,
i) El test de asociación de palabras para descubrir al culpable,

j) La carta en clave que es desentrañada por el detective.

Fuente:

Andreumartin blog

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