jueves, 9 de agosto de 2012

Mis empleados me roban

En tiempos de crisis económica es normal que la picaresca habitual aumente exponencialmente. De sobra son conocidos los casos en los que algunos trabajadores "juegan" con los tickets de combustible y los bonos de comida que la empresa costea. Ejemplos hay bastantes, y no es necesario hacer un listado de las diferentes tácticas que circulan entre la sociedad para ganarse un dinero extra o cubrir los gastos de algo personal, y que no está relacionado con la labor puramente profesional. No es tan difícil alterar una factura. De hecho, a veces solamente es necesario pedir directamente que se nos marque una determinada cifra.
Sin embargo, la problemática empieza cuando comienzan las sospechas a partir de los gastos de un determinado empleado. Si la crisis aumenta la picaresca, también las empresas ponen más atención en los gastos que deben cubrir. Cualquier desembolso es mirado con lupa y es, en ese momento, cuando a veces no cuadra el dinero que sale de caja.


Al igual que recomendamos anteriormente con nuestra entrada sobre la posible infidelidad, lo mejor es mantener la cautela y asegurarse bien de que se está cometiendo un posible fraude. Normalmente es a pequeña escala, ya que rara vez estos hurtos superan los 100 euros, por lo que entrar en pleitos judiciales a veces no es lo mejor. Un juicio nos obliga a perder mucho tiempo y dinero y, a menudo, nos cuesta más que lo supuestamente defraudado.
Una primera opción que a menudo obligan los expertos es valorar al empleado en sí. ¿Realmente quiero recuperar mi dinero?¿Es un empleado valioso y eficiente?¿Quiero que pague por lo que ha hecho o que simplemente devuelva el dinero? Unas preguntas que no ponen de acuerdo a todo el mundo, ya que dependerá del empresario el juzgar a su contratado. Además, conocerá su forma de ser y seguramente podrá adoptar la mejor forma de enfrentarse a él.
Lo primero es dar ciertos avisos y ver si vuelve a repetirse el fraude. Si vemos que no nos cuadran los gastos de kilometraje o combustible quizás un "podrías economizar tu forma de conducir" sea suficiente y alerte al empleado del posible pillaje. Si la acción se repite, se debería ir concretando cada vez más hasta perder el miedo y hablarlo directamente sin rodeos.
El paso siguiente depende del empresario, que deberá valorar y/o acordar con su empleado si rompen el contrato de mutuo acuerdo, si devuelve el dinero o si, por el contrario, se decide llevar a juicio (eso sí, es necesario que esté todo muy bien acompañado con pruebas).
Asegurarse nunca está de más y, cuando sospechamos pero no podemos aportar pruebas esclarecedoras, un buen detective nos servirá de gran ayuda.

www.investigacionespleka.es

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